Saturday, May 12, 2007

Bib Azahar 11

Pequeñas cosas

Una mirada, una sonrisa tuya
llenan de luz mi duda,
como rasga el claror del alba
la noche oscura.

Una caricia, un leve gesto
prenden lumbre en mi pecho.
El pedernal y la yesca:
chispas
ramas
aire
fuego.
Hacen verde mi ventana
tu esperanza y tu sonrisa,
como las hojas del olmo
que tiemblan ante la brisa.

Un adiós, un hasta luego
llenan mis ojos de lágrimas,
como la lluvia mansa
empapa el suelo.

Suspenden por un segundo
el escurridizo tiempo
una palabra tuya,
una canción, un verso.

Cosas pequeñas -grandes cosas-
que irrumpen en mi vida,
mareas de mar abierto
entrando por las marismas.
Llenan esteros de sal
y de luces mi bahía.

*

Cada vez que te vas

Cada vez que te vas se queda callada
la enramada pared cubierta de hiedra,
y deja tu ausencia en completo silencio
al arroyo cantor que corre entre piedras.

Se detiene el aire tibio en los aleros,
la nube, inmóvil, su sombra proyecta.
Todos los colores permanecen mudos,
se deshacen las rocas en blanca arena.

Y la nieve rosa del florido almendro
aprieta el sol en su puño pequeño.
Guarda con celo lágrimas de nácar,
ya no derrama su lluvia de pétalos.

Cada vez que te vas el cristal se quiebra,
semeja el paisaje un cuadro de Van Gogh
de colores congelados, en suspenso,
girasoles cortados en un jarrón.

*

Besos

Vuelan mis labios
en las alas del sueño.
Buscan tu piel
para posarse en ella.

Beso a beso
quiero deshacer amarguras
y alentar esperanza.

Beso tu sien, para ahuyentar
la fiebre de la incertidumbre.
Beso tus ojos, cansados de otear
el horizonte del ahora.
Beso tu boca, para gustar
la miel de tus palabras.

Beso tus manos,
que trazan caricias.
Beso tu pecho,
pozo de anhelos.
Beso tu vientre,
sementera generosa,
refugio seguro.

Beso tus pies cansados
de caminante.

Mis labios buscan a tientas
en la oscura noche del sueño
-si tú los dejas-
un lugar donde reposar.